El protector solar es un cosmético que nos ayuda a proteger nuestra piel de los daños que causan los rayos ultravioletas, entre los cuales existen estos tipos de radiación: los rayos UVB y los rayos UVA; ambos tipos causan daños en la piel, que van desde quemaduras, enrojecimiento y ardor, hasta daños más graves como el fotoenvejecimiento y cáncer de piel.
Para protegerte de estos efectos indeseados, es muy importante que apliques protector solar en todas las zonas del cuerpo que estén expuestas a los rayos del sol. Este producto lo debes utilizar incluso en días nublados, su reaplicación es cada 4 horas con independencia al FPS (factor de protección solar) que tenga cada producto, esto se debe a que intervienen algunos otros factores como la humedad, sudoración, roce con la ropa, entre otros que pueden interponerse en la efectividad de tu protector solar. Peeerooo… ¿Sabes cómo funciona realmente un protector solar? Aquí te lo decimos.
El protector solar tiene algo llamado Factor de Protección Solar (FPS), que te indicará la capacidad protectora del producto frente a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta tipo B (UVB) sobre la piel y nos indica el tiempo que la piel puede estar al sol sin que aparezca enrojecimiento o se produzca una quemadura solar. Aunque puede variar entre una persona y otra considerando el tipo de piel y el lugar en el que estén expuestas.