El jabón es uno de los productos de cuidado personal más antiguos e importantes, e históricamente se utiliza en conjunto con el agua para limpiar y con ello fomentar una correcta higiene de manos y cuerpo.
La tecnología ha ido evolucionando para mejorar este producto y seguir el principio para el que fue creado: además de brindar satisfacción y bienestar al consumidor por sus texturas, colores, aromas, en algunos casos tener funciones adicionales como humectación. Los podemos encontrar en forma sólida, como en barra, o bien en forma líquida.
El jabón contiene típicamente agentes tensoactivos que, cuando se aplican a una superficie sucia en combinación con agua, mantienen eficazmente las partículas de la suciedad en suspensión por lo que al ser enjuagados limpian las superficies, sea del cuerpo humano o de objetos. Es decir, barren los elementos que constituyen la “suciedad”.
Dentro de esta gama de productos existen los jabones antibacteriales, que están presentes desde hace varias décadas en millones de hogares, escuelas, centros de trabajo y oficinas a nivel mundial. Este tipo de jabón contiene ingredientes antimicrobianos cuya función principal es controlar la contaminación por microorganismos, trayendo consigo la prevención de enfermedades como infecciones de piel y gastrointestinales, entre otras.
Como parte de la familia de antimicrobianos encontramos el ingrediente conocido como el triclosán, el cual tiene dos finalidades: controlar el mal olor que causan de las bacterias del cuerpo, (este agente se puede encontrar en los desodorantes, aerosoles para los pies y en productos de aseo personal) y la de ser un agente antibacteriano. El triclosán se encuentra en algunos jabones de tocador conocidos como jabón antibacterial, adicionalmente a pastas de dientes, geles de baño y en productos antisépticos tópicos para el cuidado de heridas.
El Triclosán y el Triclocarbán han sido evaluados por organismos expertos alrededor del mundo, por ejemplo, el Comité Científico Europeo –SCCS-, siendo considerados como ingredientes seguros para su uso y se encuentran listados bajo la Directiva Europea para cosméticos.
Es importante destacar también que lo hábitos de higiene estándar de la población de E.U.A son muy diferentes a los de la población de Latinoamérica, donde existe mayor nivel de mortalidad infantil en niños menores de 5 años (como lo indican los informes de la Organización Mundial de la Salud), por infecciones como diarrea y neumonía, las cuales en muchos casos pueden ser prevenibles con buenos hábitos de higiene del lavado de manos.
Es por ello que, en los países de mayor riesgo de enfermedades infecciosas, es necesario ofrecer productos que además de limpiar ofrezcan beneficios de protección; esto combinado con campañas de educación respecto a las buenas prácticas y hábitos de higiene, habiendo sido demostrado que el lavado de manos es uno de los pasos más importantes para ayudar a evitar infecciones en la población.
CANIPEC continuará monitoreando las tendencias de las agencias regulatorias, así como el tratamiento Regulatorio de este tipo de ingredientes en los Estados Unidos, Europa y otras regiones de inmediata referencia para Latinoamérica, para proporcionar información actualizada sobre el tema, cuando sea requerida y si fuera necesario algún ajuste por parte de la autoridad local dar el soporte necesario.
Mayor información
http://www.cosmeticsinfo.org/antimicrobials
http://www.cosmeticsinfo.org/ingredient/triclosan-0