Actualmente existe una gran diversidad de productos para el cuidado personal y de tu hogar, que ponen a tu disposición empresas comprometidas con tu bienestar. Por ello, como consumidores también debemos ser responsables y conscientes de lo que adquirimos y mayor aún, garantizar la salud y seguridad de nosotros y todos los miembros que conforman nuestro hogar.
¿Por qué son tan baratos los productos en el mercado informal? Sencillo: porque los productos de aseo y de belleza que encuentras en mercados formales (tiendas de autoservicio, departamentales, abarrotes) son sometidos a procesos de seguridad estrictamente controlados y debidamente regulados para proteger nuestra salud. De esta forma los resultados que te brinde ese lavavajillas o crema corporal siempre van a ser los esperados. No comerías ni le darías de comer a tu familia una lata de algo que no sabes de dónde salió o si está en buenas condiciones, ¿por qué lo harías con el cuidado de tu cuerpo, tu piel, tu hogar y tu familia?
El precio bajo que ves en establecimientos informales como tianguis o puestos ambulantes se comprende, considerando que los productores no cuentan con las regulaciones sanitarias que requieren los productos y sus ingredientes y/o se pueden encontrar productos de contrabando, robados o piratas. Otra diferencia importante es el uso de la ciencia y tecnología como herramienta clave para garantizar la seguridad, innovación y calidad en el desarrollo de los productos del cuidado personal y del hogar en el mercado formal.
¡No te dejes engañar!, distingue las características de un producto formal:
- Revisa la presentación del etiquetado y el envase no deben verse dañados ni usados, ni la fecha de caducidad debe verse caducada o alterada.
- El producto original cuenta con un empaque que previene que se abra accidentalmente y cuenta con una impresión detallada y de calidad.
- La empresa fabricante está autorregulada publicitariamente y no realiza su producción en el patio de una casa o cualquier establecimiento informal.
Ante esta situación, la recomendación es que cuando termines tu producto, destruyas el envase y el empaque para evitar que lo vuelvan a vender. Haz una buena elección, acércate a marcas comprometidas con brindarte productos de calidad y cuida así tu bienestar y el de tu familia.